Es diferente a tener una historia triste y alegre

Si decidiera quedarme acostada en mi cama, pensando en lo bueno que sería... no sé, cualquier cosa, como volver a vivir de la mano del pasado continuo, repetir cada sonrisa en cada café, imaginarlo afuera de mi puerta, pasándose las manos por el cabello que después yo tocaría... podría perder el ritmo y volverlo una linea de ausencia sin esperanza. Por eso me levanto cantándole a alguien que sí me escucha.
Quien es tragicómico en ocasiones pasa por días difíciles, tengo llamado, tengo destino positivo -gracias Dios-. También tengo obstáculos.
Obstáculos, como la mañana en que pensé en el pasado y quise llorar -a veces lloro, a veces quiero y otra vez no puedo- hay obstáculos, como la noche en que fui al cine y pensé que el pasado era mejor y que podría haber ido conmigo, o cuando me sentí sola a pesar de que no lo estaba, el pasado ha hecho llorar a mi mente más de una vez. Hay también obstáculos no-románticos que quieren habitar mi pensamiento, pero también hay Escudo y espadas que les impiden anidar.
Hay destino. Cada vez que amo al que ya no está conmigo, cada vez que decido pensar diferente y perder el dolor, en lugar de lloriquear, doy un paso hacia mi destino, a veces no tengo fuerza y lloro -o pienso azotadamente- entonces mi destino me abraza, me escucha, y pone los pensamientos tranquilos que yo sola no pude tener.
Entiendo, mi destino está vivo y es la razón de mi voz, mi destino es la Verdad, mi destino es la Vida, y ni siquera puedo hacer esto yo sola, pero confío en que lo tengo escrito en mí, me da fuerza, me quita el temor, por eso decido caminar sobre él como si pudiera verlo.
Mientras más conozco a mi Destino, más esquivamos juntos cualquier obstáculo. Sí, soy la novia del Héroe, su princesa, pero estoy afuera del castillo, peleando junto a Él.
Y ya ganamos.

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