Una película de las madres

Antes no significaban para mí nada, ni los girasoles, ni las chocoretas, un evento los ha redimensionado, y no puedo dejar de pensar en eso mientras trato de buscar cada etapa en El gato de Juan García Ponce. En lugar de hacerlo prefiero bañarme, y prefiero escribir de esa película con una mujer rubia a la que todo le sale mal.
Qué error atribuírle el desorden de su vida a ser madre, por cierto, aquel personaje siempre tenía tiempo para escribir algo en su blog, hasta que uno de sus hijos la apuraban para dejar de hacerlo y ella ni dudaba en publicar la entrada y cerrar su compu. Dos horas viendo tal desastre, me hicieron pensar si realmente sufren tanto las mujeres por tener hijos, o si realmente alguna clasemediera normal podrá tener todo listo y jugar con ellos en la tarde.
Cuando yo trabajaba en el kinder, a la hora de la salida, deseaba ser una de esas mujeres organizadas y perfectas que sólo recogían a su niño y lo llevaban a casa. Había una pareja joven que vendía gelatinas, él era rubio y ella morena, su hija era hermosa y en ellos se veía cuánto disfrutaban estar así, juntos, y yo siempre desde la puerta los miraba alejarse, se alejaban caminando.
Antes de trabajar en el kinder deseaba nunca tener hijos, pero salí de ahí queriendo ser madre, no por lo que ví, porque ví que no es fácil, pero sé que hay algo más profundo que ser organizada y sonreír con tu hijo perfecto en el auto.
Sé que aún falta mucho y que no es fácil, pero NO me asustan los testimonios ingratos de tantas mujeres, ni me animan las películas, sólo sé de dónde vienen mis fuerzas y que aquí se han roto todas las cadenas de generaciones pasadas, a partir de mí hay algo nuevo, yo quiero verlo y vivirlo cuando llegue el momento.
Hoy ni casada estoy, pero sí me divierte pensar en cómo se llamarán mis hijos. Mientras tanto hago mi tarea, y lo único que me apura a dejar de teclear a esta hora, es el calentador en la cocina, que va a explotar si no lo apago.

3 esencias más:

Jazmín Tamayo dijo...

Que bonito escrito, me ha hecho reflexionar que a mi siempre me ha ilusionado ser madre, creo que en algún momento ese deseo fue hasta problematico, por lo complicado, por lo difícil , pero que bonito romper herencias... imaginar sin miedo... escucha palabras para Paula de la Oreja

Te sigo leyendo Anilú ... un beso tqm

Rodrigo Garva dijo...

No te apures, las madres mexicanas siempre tienen familia que las apoye... ¡Un abrazo!

Cesar Antonio Chumbiauca dijo...

Eso de los hijos es emocionante. Yo siento lo mismo, pero como papá. Qué bacan será cuando tenga mi chibolo, como dicen los amigos del barrio.

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