Ropa...

Mi cuarto está regado, y no precisamente por la lluvia que ya inundó la ciudad, sino por la ropa sucia que no lavé por estar sacando más ropa (limpia) que durante horas, traté de combinar. Y para qué el alboroto si siempre termino poniendome lo más cómodo y tennis, hoy me puse los rojos por cierto.
Ahora tengo que lavar trastes y me quedan quince minutos antes de que llegue el susodicho, aquel por el cual me tardé tanto en la contemplación de mi ropa. Y para qué perder el tiempo así, si use lo que use, él me va a mirar igual que si yo trajera la ropa más costosa y zapatitos altos.
Después de lavar los trastes, cuando él llegue, voy a ver cómo se contraen sus pupilas con el sol, y a sentir cómo se acerca a mi cabello. Hoy no está lloviendo y mi cuarto va a seguir regado, pero yo estaré ya muy lejos, con él, tomada de su mano.

2 esencias más:

Regoleta dijo...

¡me encantas! qué bonito!

Alfonso Molina. dijo...

woooooooow

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