¡Descansa en paz, te digo!

Y qué si mis sueños desfilaran frente a mí, cada uno con una letra en las manos y todos juntos diciendo que espere, proclamando cuánto es necesario que mi alma repose...

Sé dónde están las fuentes del descanso, mi cuerpo aún no ha sabido cómo quedarse a dormir ahí un rato; eso es lo que contesté a cada uno de ellos, pero no pude detener su marcha. Supe entonces que nunca más los volvería a ver si no aprendo a dejar que la paz haga lo suyo, a detenerme y no esforzarme por mostrar lo que en verdad nunca he sido. "Descanso", "reposo" nunca estuvieron en mi diccionario, y por más que escarbo en mi espíritu puedo encontrar definiciones, pero no las mías; será por eso que los músculos de mis brazos tienen tantas bolitas.

En el reposo está la belleza, algo así leí el año pasado y creí haber entendido, pero mis sueños, todavía estaban sentados junto a mí, y no me lo habían explicado. Ahora tengo que dar un paso más para confiar en lo que no veo; tal vez cuando aprenda la sabiduría del descanso me transforme y nunca más regresen mis sueños, pero siendo nueva cumpla otros mejores.

2 esencias más:

Rodrigo E. dijo...

En cada letra se siente el peso de tu cansancio.

Hay una obra de teatro llamada desorden público que dice que no es cierto que nos cansamos de vivir nuestra vida, sino que nacemos cansados por que a nuestras espaldas llevamos el peso de todos los que vivieron antes que nosotros, llevamos el peso de la humanidad entera en el alma. Aún así seguimos, y seguimos por que sabemos que no estamos solos, entonces el yo se consume y renace en un nosotros. Nos volvemos humanidad.

Me dio gusto saber de ti, queridisíma Lochia. te mando un abrazo de esos grandores que antes te resultaban tan incómodos.

Por cierto, ¿qué fue lo que leyeron con Mario a seca de la soledad?

Te quiero, adiuuuuu....

MoiZés AZÄÑA dijo...

Puede que seamos una prolongación de nuestros antepasados, pero decir que llevamos el peso de ellos, me parece más una justificación, un pretexto. Si realmente es como lo decía la obra que vio Rodrigo, quiero creer lo contrario. Ahora bien, Vainilla, eso de buscar el constante descanso, el continuo reposo es insensato. La vida es constante movimiento, constante cambio. Lo mejor es buscar el equilibrio. Combinar la pasividad con la actividad. Ajustas, sueltas.
Con cariño, que te vaya bien.

AZAÑA ORTEGA

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Vainilla con...